Se llamaba Truman
Streckfus Persons pero pasó a la historia con el semi pseudónimo de Truman
Capote.
No debe ser casual que la
etimología de la palabra persona signifique máscara y que provenga del teatro
griego. Tampoco el que se diga de alguien que es todo un personaje. Y de
personajes sabía mucho Capote. Él mismo lo era, se dibujó como nadie y se creyó
tanto que convenció al resto de las personas que, tal vez, no sabían que esto
es puro teatro.
A pesar de haber sido un
escritor temprano, las novelas que lo hicieron más popular las escribió cerca
de la cuarentena, algo de agradecer sobre todo en una época como la actual en
la que parece que si no has publicado antes de los 20 es porque no tienes “madera”.
El mito sobre la
juventud, como si tuviera un plus especial lo que se desde la intuición minusvalorando
la experiencia. La madera puede —debe— ser buena pero la arte-sanía sólo surge
del aprendizaje y el cariño a la materia prima y a la asimilación del trabajo
como algo más que la mera re-creacion.
“In Cold Blood” y “Breakfast
at Tiffany's”, o, lo que es lo mismo (o parecido) A sangre fría y Desayuno con
diamantes como se llamó en el cine, son un ejemplo perfecto de la multiplicidad
de temas que era capaz de tratar Capote, desde lo más “real” con un toque de
novela negra y de crónica periodística hasta la descripción de personajes
(personas, máscaras, persons) más entrañables de la historia.
Uno de sus cuentos estaba
en la lista de inolvidables de Julio Cortázar: “A Christmas Memory", Un recuerdo navideño, un verdadero regalo para estas, para todas las fechas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por compartir tu opión.